En base al documento "El trabajo con los textos en el aula", Prof. Jesús López, punto 1.2 que transcribimos al pie, realiza el siguiente trabajo asumiendo los roles de docente y de alumno.
Trabajo de escritura: tipo textual narrativo, modalidad ficcional.
Como docente:
a) Explica y fundamenta brevemente la propuesta de trabajo.
b) Señala los pasos que seguirán los alumnos para que hagan la primera escritura de un texto narrativo ficcional.
Como alumno:
Escribe un texto narrativo ficcional en pasado cuyo narrador sea un personaje de la historia y de una extensión aproximada de una hoja (dos carillas)
1.2. Primera producción: poner en juego lo que ya se sabe.
Decidida la forma textual que ha de trabajarse, y la situación significativa que encararemos con esa forma textual, llega el momento de hacer algo para aprovechar lo que nuestros alumnos saben sobre ambas. Se trata de encomendar a los chicos una tarea de producción textual con la consigna de que la lleven a cabo lo mejor que puedan, guiándonos por el pensamiento central que es nuestro objetivo: ¿cómo hacer para resolver, mediante ese texto, la situación significativa que nos interesa o preocupa?
Dos ejemplos:
a) En una sala de preescolar (5 años) provocamos una conversación con los chicos, en la que los invitamos a “nombrar personas que hacen cosas por nosotros, a las que nunca les hemos dicho «gracias»”. Barajamos muchos nombres hasta estar seguros —a través de sus verbalizaciones— de que cada chico ha encontrado por lo menos un destinatario de su agradecimiento. Tomamos luego un sencillo grabador de audio y un casete y hacemos que cada chico grabe un mensaje dirigido a la persona que eligió, empezando por nombrarse y saludarla por su nombre, diciéndole que quiere darle las gracias, explicándole brevísimamente por qué motivo y enviándole un saludo cariñoso. Acabamos de lograr ni más ni menos que la producción de un texto lírico (rudimentario y pequeñito pero tan lírico como el mejor), que viene a satisfacer lo que nos pide la situación significativa en la que los chicos se han colocado durante la conversación inicial: la necesidad de expresar sentimientos hacia personas con las que conviven.
b) Con ocasión de unas elecciones presidenciales, y frente a dos postulantes de distintos partidos políticos, se decide en un curso de 2º Año del Nivel Medio investigar a algunos presidentes anteriores pertenecientes a esos partidos y determinar si pueden hacerse, con los datos obtenidos, proyecciones sobre lo que podría suceder en los próximos años, si uno u otro de los postulantes llegara a ser elegido. Se divide el curso en equipos, y cada uno de ellos se organiza como puede para elegir a qué presidentes del pasado investigar, obtener información sobre ellos, elegir lo relevante para el caso y elaborar algunas hipótesis que satisfagan la inquietud que ha generado el trabajo. Lo significativo del problema planteado es que permitiría averiguar cómo se verán afectadas las vidas de los alumnos en los cuatro años venideros, y que, además, satisface la curiosidad humana fundamental acerca del futuro.
La forma textual abordada es el texto histórico, perteneciente al tipo textual narrativo, en su modalidad no ficcional. Sería muy normal que esta fase del trabajo despertara mucha ansiedad en el docente. Formados como estamos en la idea de que el que enseña sabe y el que aprende no, tenderemos a desconfiar de los chicos, a pensar que no van a poder, o que nos van a poner en aprietos con sus ocurrencias. Temeremos estar perdiendo un tiempo precioso, que podríamos utilizar para transmitirles una cantidad de contenidos que, de otro modo, van supuestamente a quedar en el tintero. Sin embargo, la verdad es que los chicos van a poder siempre hacer algo, y, en general, más de lo que creemos; y si se descubre que no pueden, es infinitamente mejor que lo descubran ellos, y no que lo supongamos a priori nosotros. Y si nos ponen en aprietos, será porque hacen preguntas o plantean situaciones que no esperábamos y nos invitan de ese modo a aprender, cosa que no debería molestarnos; en efecto, no estamos allí para demostrarles que ya sabemos todo sino que ya aprendimos mucho y que tenemos instrumentos y deseos de aprender mucho más.
Dos ejemplos:
a) En una sala de preescolar (5 años) provocamos una conversación con los chicos, en la que los invitamos a “nombrar personas que hacen cosas por nosotros, a las que nunca les hemos dicho «gracias»”. Barajamos muchos nombres hasta estar seguros —a través de sus verbalizaciones— de que cada chico ha encontrado por lo menos un destinatario de su agradecimiento. Tomamos luego un sencillo grabador de audio y un casete y hacemos que cada chico grabe un mensaje dirigido a la persona que eligió, empezando por nombrarse y saludarla por su nombre, diciéndole que quiere darle las gracias, explicándole brevísimamente por qué motivo y enviándole un saludo cariñoso. Acabamos de lograr ni más ni menos que la producción de un texto lírico (rudimentario y pequeñito pero tan lírico como el mejor), que viene a satisfacer lo que nos pide la situación significativa en la que los chicos se han colocado durante la conversación inicial: la necesidad de expresar sentimientos hacia personas con las que conviven.
b) Con ocasión de unas elecciones presidenciales, y frente a dos postulantes de distintos partidos políticos, se decide en un curso de 2º Año del Nivel Medio investigar a algunos presidentes anteriores pertenecientes a esos partidos y determinar si pueden hacerse, con los datos obtenidos, proyecciones sobre lo que podría suceder en los próximos años, si uno u otro de los postulantes llegara a ser elegido. Se divide el curso en equipos, y cada uno de ellos se organiza como puede para elegir a qué presidentes del pasado investigar, obtener información sobre ellos, elegir lo relevante para el caso y elaborar algunas hipótesis que satisfagan la inquietud que ha generado el trabajo. Lo significativo del problema planteado es que permitiría averiguar cómo se verán afectadas las vidas de los alumnos en los cuatro años venideros, y que, además, satisface la curiosidad humana fundamental acerca del futuro.
La forma textual abordada es el texto histórico, perteneciente al tipo textual narrativo, en su modalidad no ficcional. Sería muy normal que esta fase del trabajo despertara mucha ansiedad en el docente. Formados como estamos en la idea de que el que enseña sabe y el que aprende no, tenderemos a desconfiar de los chicos, a pensar que no van a poder, o que nos van a poner en aprietos con sus ocurrencias. Temeremos estar perdiendo un tiempo precioso, que podríamos utilizar para transmitirles una cantidad de contenidos que, de otro modo, van supuestamente a quedar en el tintero. Sin embargo, la verdad es que los chicos van a poder siempre hacer algo, y, en general, más de lo que creemos; y si se descubre que no pueden, es infinitamente mejor que lo descubran ellos, y no que lo supongamos a priori nosotros. Y si nos ponen en aprietos, será porque hacen preguntas o plantean situaciones que no esperábamos y nos invitan de ese modo a aprender, cosa que no debería molestarnos; en efecto, no estamos allí para demostrarles que ya sabemos todo sino que ya aprendimos mucho y que tenemos instrumentos y deseos de aprender mucho más.
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