La leyenda de la rosa del amor.
Cuenta la leyenda que todas las mañanas Pedro se
encontraba dentado en el muelle. Es que así había sido su vida, cumplía con su
rutina, atendía aquél puesto costero del que tanto renegaba (pero sin el cual
no podría vivir). Por las noches cenaba y se dormía. Pedro era muy conocido en
el pueblo, lo mas chicos lo veían como un ídolo.
Su vida era normal hasta que un día apareció ella,
ahí en la esquina de la plaza, con esa iglesia imponente enfrente. El quedo
deslumbrado, ella todavía ni se imaginaba que allí en ese pequeño lugar iba a
suceder lo que sucedió.
Al llegar al pueblo, rápidamente los vecinos le
dieron la bienvenida y por ultimo apareció Pedrito, como lo llamaban todos. El
saludo de manera cordial, pero en sus miradas instantáneamente se podía ver el
amor. El joven, ni lerdo ni perezoso, la invito a dar una paseo por el pueblo.
El día acompañaba esa hermosa recorrida, todos miraban la nueva vecina, se
escuchaban los murmullos a su pasar. Pero cuando Verónica Laura los vio, todos
enmudecieron. Ella era una joven muy adinerada del pueblo y había estado a
punto de casarse con Pedro. El le advirtió, mientras se acercaban más y mas,
que no molestara a Rosa Maria, su nueva amiga. Verónica muy enojada le dijo que
no le gustaba y le sugirió que no de olvide de sus poderes, en el pueblo la
llamaban la bruja.
Los días transcurrieron, entre los jóvenes las
cosas iban cada vez mejor, es que él fue una gran ayuda para la difícil
adaptación de Rosa. Una noche, fueron al bar más popular del pueblo “Badajazos”.
Allí se rieron, disfrutaron y se distendieron, hasta que llego ella. Ellos
estaban tomados de la mano y se divertían bailando flamenco, Verónica Laura al
advertir esto, hizo un escándalo tal que durante una semana no se hablo de otra
cosa. Se dedico a complicarles la vida, llego un momento en que la joven no quería
si quiera salir a la calle. Pero como se dice “el amor es más fuerte” y ellos
se decidieron a luchar contra todo y todos. Rosa Maria pudo vencer todos los
miedos y paranoias que le generaba esa horrible mujer, pero quedaba el peor
momento, el casamiento. Este se iba a celebrar en el acantilado Casasullas,
la tradición decía que la novia debía escribir todos sus miedos y arrojarlos al
mar para que este se los lleve y no vuelvan.
Lo que nadie esperaba, es que Verónica Laura,
cegada por el odio empuje a Rosa Maria. Ella cayó y murió en el acto.
Cuenta la leyenda que desde entonces, todos los
atardeceres se la puede ver merodeando el acantilado. En el pueblo la llamaban “la
rosa del amor” y cada pareja antes de casarse le pide su protección, dejándole
a cambio una margarita allí crecía.
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